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jueves, 9 de enero de 2014

CÓMO ELIMINAR SUBSIDIOS SIN COSTO POLÍTICO

CÓMO ELIMINAR SUBSIDIOS SIN COSTO POLÍTICO

CORRECCIÓN DE PRECIOS PÚBLICOS A TRAVÉS DE “AUMENTOS COMPENSADOS”


Consideraciones políticas han sido determinantes para la trayectoria de los precios del sector público. Un ejemplo es el nivel absurdamente bajo de la tarifa eléctrica para bombeo agrícola resultado de la presión de asociaciones de agricultores. Las dificultades para contar con tarifas eléctricas que reflejen su costo de producción también se han traducido en precios subsidiados para consumos residenciales inferiores a cierto límite; en subsidios de verano en las zonas cálidas y en general en precios exageradamente elevados para los consumos altos, sean éstos de empresas o familias. Comentarios similares y en parte relacionados con los subsidios eléctricos pueden hacerse acerca de la tarificación del consumo de agua, del consumo subsidiado de gas doméstico e industrial así como de la gasolina, el diesel y el gas LP.

Los precios subsidiados inducen inversión pública y gastos de operación que inflan los déficit presupuestarios. Mientras más tiempo pasa sin que se corrija el problema mayores son los requerimientos de gasto público para aumentar la capacidad de oferta que requiere una demanda subsidiada. Los montos son significativos y presionan las finanzas de las empresas del Estado y el presupuesto público.

Hasta ahora los esfuerzos para corregir el problema han tenido éxitos parciales y a todas lucen insuficientes. Sin embargo son factibles fórmulas de corrección, que aunque imperfectas, enfrentan al consumidor al costo marginal de proveer el servicio. El objeto de esta nota es plantear la pertinencia de un método sencillo, pero novedoso, toda vez que en lugar alguno se ha puesto en práctica.

Los precios de algunos de los bienes y servicios públicos subsidiados pueden ser objeto de una corrección que los eleve al nivel de su costo, incluyendo la eliminación de externalidades, sin incurrir en un efecto político negativo o en un impacto presupuestario.

La solución se basa en la transferencia ideada por el matemático ruso Slutsky[1],  consiste en aumentar el precio relativo de un bien o servicio al mismo tiempo que se compensa al consumidor con una transferencia igual a su mayor gasto. No obstante que se mantiene constante el ingreso en términos reales, el mayor precio inducirá una menor cantidad demandada.

El procedimiento puede utilizarse sólo cuando existe una relación uno a uno entre el consumidor y su gasto: cuando existen recibos o facturas. Tal es el caso del agua y de la electricidad; de la gasolina y el diesel y del gas LP. La gasolina de los automovilistas no se puede corregir de esta manera salvo cuando el consumo lo factura una empresa, aunque podrían incluirse los consumos pagados mediante tarjetas de crédito o teléfonos móviles.

El ajuste considerado es viable gracias a la posibilidad de transferencias electrónicas. La transferencia podrá hacerse a una cuenta bancaria o a un teléfono móvil ligado a una cuenta bancaria. El proceso consistiría en que, CFE por ejemplo, una vez elevado el precio del Kw-hr y en el momento en que el cliente haga el pago de su recibo, transfiera al cliente una cantidad igual a su mayor gasto.

Debido a que no existe una factura o recibo domiciliado para el consumo de diesel y gasolina tratándose de algunos camiones, taxis y autobuses, la corrección también podría hacerse a través de abonos electrónicos a la declaración mensual de IVA. Una fórmula como esta permitiría corregir de una vez el precio del combustible para los automovilistas sin impacto sobre los costos de los transportistas formales. El transporte informal sólo podría compensar su mayor gasto pasando a la formalidad.  

El menor consumo resultante disminuiría importaciones, corregiría sustancialmente el subsidio que aprovechan los automovilistas particulares y aumentaría sensiblemente el ingreso del gobierno. Otro efecto digno de tomar en cuenta es que transportistas y taxistas que no son contribuyentes tendrían que soportar el mayor precio o darse de alta en el SAT. Si no lo hacen será porque el ahorro de impuestos es mayor que la compensación por el diferencial entre el precio nuevo y el anterior.

Tratándose de combustibles la compensación requiere de ajustes mensuales debido a la variación continua de su precio internacional. Como fórmula práctica puede utilizarse el precio internacional promedio del mes anterior. En el caso de las tarifas de agua el método propuesto sólo procede cuando existen medidores. No tiene sentido hablar de un precio óptimo con cuotas fijas porque mantienen el costo marginal en cero.


Consideraciones Dinámicas

Aunque la solución estática requiere de un cálculo sencillo, el cambio de los precios en el tiempo plantea complicaciones que requieren de una valoración de costos, beneficios, e impactos políticos.

1 ¿Qué posibilidades se plantean cuando la inflación o los costos cambian el precio “óptimo” a través del tiempo?

a)        La transferencia  inicial al consumidor puede mantenerse fija y constante en términos nominales para de esa manera obtener gradualmente una ventaja presupuestaria conforme los montos entregados pierden valor en términos reales.

b)        Mantener la transferencia constante relacionándola con el índice general de precios. Se mantiene el efecto presupuestario. El particular resentirá que el precio del bien o servicio en cuestión aumente más que el índice general. Alternativamente el consumidor tendrá una ganancia si el índice general de precios aumenta con mayor velocidad que el precio del bien o servicio objeto de la corrección.



La opción a) es la más sencilla y la preferible si se toma en cuenta la necesidad de corregir a fondo las finanzas públicas. Se podrá mantener siempre que la inflación se mantenga dentro de cauces moderados como los que se han observado. La mejoría en el presupuesto público se logrará gradualmente en función del aumento en el nivel general de precios. Otro elemento a su favor que vale la pena considerar, es que en la medida en que el consumidor disminuya su gasto en el bien o servicio cuyo precio marginal aumentó, dispondrá inicialmente de un ingreso monetario mayor.

Es preciso enfatizar que la corrección se realiza una sola vez y que el monto de la transferencia se mantiene a lo largo del tiempo.

Otros aspectos a considerar: ¿Cómo tratar domicilios que cambian de dueño? ¿Debe hacerse la transferencia a una persona o es atribuible a un domicilio? ¿Debe la transferencia ser acumulable para el impuesto sobre la renta? ¿Qué modificaciones legales-presupuestarias se requieren?

Pero no sólo se podrá obtener:
1 Un ajuste de precios relativos en la dirección del verdadero costo,
2 Una consecuente mejor asignación de recursos y
3Una mejora presupuestaria.

También se pueden corregir distorsiones de consideración relacionadas con externalidades, como es el caso del consumo de agua urbana y agrícola. A través del cobro por el servicio eléctrico se puede iniciar un proceso que elimine gradualmente los enormes subsidios que se otorgan a las familias de menor consumo al tiempo que se reducen las tarifas excesivamente elevadas que enfrentan los grandes consumidores residenciales y las empresas.

Las distorsiones involucradas en el subsidio al bombeo agrícola por ejemplo ya inciden en costos y profundidades absurdas de bombeo, contaminación y agotamiento de mantos acuíferos. Con la corrección propuesta los agricultores podrán aprovechar las transferencias compensatorias para financiar métodos más eficientes de aprovechamiento del agua.

Una investigación profunda reciente mide con detalle la externalidad que se produce en México como resultado de la extracción de agua por varios agricultores desde un manto acuífero común (The Tragedy of the Commons). El estudio de marras tomó en cuenta las características de cada distrito de bombeo. Dicho trabajo mide la externalidad negativa que produce cada agricultor a través del costo eléctrico del bombeo y de la profundidad del manto acuífero; es reciente (agosto del 2007) y se puede actualizar. Fue elaborado hace 6 años para la SHCP patrocinado por el BID y la OEA. Los autores son Martín Rodríguez Pardina y Juan Antonio Zapata. Su título es: Reforma a los Precios y Tarifas del Sector Público. El experto en el tema en comento es el Dr. Zapata[2]





[1] Evgeny "Eugen" Evgenievich Slutsky (1880–1948) estadístico matemático, economista ucraniano autor de la “Ecuación de Slutsky” .
[2] Reforma a los precios y tarifas del sector público. Coordinador: Francisco Gil Díaz. Autores: Martín Rodríguez Pardina y Juan Antonio Zapata. BID y OEA, agosto del 2007

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