CÓMO ELIMINAR SUBSIDIOS SIN COSTO POLÍTICO
CORRECCIÓN DE PRECIOS PÚBLICOS A TRAVÉS DE “AUMENTOS COMPENSADOS”
Consideraciones
políticas han sido determinantes para la trayectoria de los precios del sector
público. Un ejemplo es el nivel absurdamente bajo de la tarifa eléctrica para
bombeo agrícola resultado de la presión de asociaciones de agricultores. Las
dificultades para contar con tarifas eléctricas que reflejen su costo de
producción también se han traducido en precios subsidiados para consumos
residenciales inferiores a cierto límite; en subsidios de verano en las zonas
cálidas y en general en precios exageradamente elevados para los consumos
altos, sean éstos de empresas o familias. Comentarios similares y en parte
relacionados con los subsidios eléctricos pueden hacerse acerca de la
tarificación del consumo de agua, del consumo subsidiado de gas doméstico e
industrial así como de la gasolina, el diesel y el gas LP.
Los
precios subsidiados inducen inversión pública y gastos de operación que inflan
los déficit presupuestarios. Mientras más tiempo pasa sin que se corrija el
problema mayores son los requerimientos de gasto público para aumentar la
capacidad de oferta que requiere una demanda subsidiada. Los montos son
significativos y presionan las finanzas de las empresas del Estado y el
presupuesto público.
Hasta ahora los esfuerzos para corregir el problema han tenido
éxitos parciales y a todas lucen insuficientes. Sin embargo son factibles
fórmulas de corrección, que aunque imperfectas, enfrentan al consumidor al
costo marginal de proveer el servicio. El objeto de esta nota es plantear la
pertinencia de un método sencillo, pero novedoso, toda vez que en lugar alguno
se ha puesto en práctica.
Los precios de algunos de los bienes y servicios públicos subsidiados
pueden ser objeto de una corrección que los eleve al nivel de su costo,
incluyendo la eliminación de externalidades, sin incurrir en un efecto político
negativo o en un impacto presupuestario.
La
solución se basa en la transferencia ideada por el matemático ruso Slutsky[1], consiste en aumentar el precio relativo de un
bien o servicio al mismo tiempo que se compensa al consumidor con una
transferencia igual a su mayor gasto. No obstante que se mantiene constante el
ingreso en términos reales, el mayor precio inducirá una menor cantidad
demandada.
El
procedimiento puede utilizarse sólo cuando existe una relación uno a uno entre
el consumidor y su gasto: cuando existen recibos o facturas. Tal es el caso del
agua y de la electricidad; de la gasolina y el diesel y del gas LP. La gasolina
de los automovilistas no se puede corregir de esta manera salvo cuando el
consumo lo factura una empresa, aunque podrían incluirse los consumos pagados
mediante tarjetas de crédito o teléfonos móviles.
El
ajuste considerado es viable gracias a la posibilidad de transferencias
electrónicas. La transferencia podrá hacerse a una cuenta bancaria o a un
teléfono móvil ligado a una cuenta bancaria. El proceso consistiría en que, CFE
por ejemplo, una vez elevado el precio del Kw-hr y en el momento en que el
cliente haga el pago de su recibo, transfiera al cliente una cantidad igual a
su mayor gasto.
Debido
a que no existe una factura o recibo domiciliado para el consumo de diesel y
gasolina tratándose de algunos camiones, taxis y autobuses, la corrección también
podría hacerse a través de abonos electrónicos a la declaración mensual de IVA.
Una fórmula como esta permitiría corregir de una vez el precio del combustible
para los automovilistas sin impacto sobre los costos de los transportistas
formales. El transporte informal sólo podría compensar su mayor gasto pasando a
la formalidad.
El
menor consumo resultante disminuiría importaciones, corregiría sustancialmente
el subsidio que aprovechan los automovilistas particulares y aumentaría
sensiblemente el ingreso del gobierno. Otro efecto digno de tomar en cuenta es
que transportistas y taxistas que no son contribuyentes tendrían que soportar
el mayor precio o darse de alta en el SAT. Si no lo hacen será porque el ahorro
de impuestos es mayor que la compensación por el diferencial entre el precio
nuevo y el anterior.
Tratándose
de combustibles la compensación requiere de ajustes mensuales debido a la
variación continua de su precio internacional. Como fórmula práctica puede
utilizarse el precio internacional promedio del mes anterior. En el caso de las
tarifas de agua el método propuesto sólo procede cuando existen medidores. No
tiene sentido hablar de un precio óptimo con cuotas fijas porque mantienen el
costo marginal en cero.
Consideraciones
Dinámicas
Aunque
la solución estática requiere de un cálculo sencillo, el cambio de los precios
en el tiempo plantea complicaciones que requieren de una valoración de costos,
beneficios, e impactos políticos.
1
¿Qué posibilidades se plantean cuando la inflación o los costos cambian el
precio “óptimo” a través del tiempo?
a)
La transferencia
inicial al consumidor puede mantenerse fija y constante en términos
nominales para de esa manera obtener gradualmente una ventaja presupuestaria
conforme los montos entregados pierden valor en términos reales.
b)
Mantener la transferencia constante
relacionándola con el índice general de precios. Se mantiene el efecto presupuestario.
El particular resentirá que el precio del bien o servicio en cuestión aumente
más que el índice general. Alternativamente el consumidor tendrá una ganancia
si el índice general de precios aumenta con mayor velocidad que el precio del
bien o servicio objeto de la corrección.
La
opción a) es la más sencilla y la preferible si se toma en cuenta la necesidad
de corregir a fondo las finanzas públicas. Se podrá mantener siempre que la inflación
se mantenga dentro de cauces moderados como los que se han observado. La
mejoría en el presupuesto público se logrará gradualmente en función del
aumento en el nivel general de precios. Otro elemento a su favor que vale la
pena considerar, es que en la medida en que el consumidor disminuya su gasto en
el bien o servicio cuyo precio marginal aumentó, dispondrá inicialmente de un
ingreso monetario mayor.
Es
preciso enfatizar que la corrección se realiza una sola vez y que el monto de
la transferencia se mantiene a lo largo del tiempo.
Otros
aspectos a considerar: ¿Cómo tratar domicilios que cambian de dueño? ¿Debe
hacerse la transferencia a una persona o es atribuible a un domicilio? ¿Debe la
transferencia ser acumulable para el impuesto sobre la renta? ¿Qué
modificaciones legales-presupuestarias se requieren?
Pero
no sólo se podrá obtener:
1 Un
ajuste de precios relativos en la dirección del verdadero costo,
2 Una
consecuente mejor asignación de recursos y
3Una
mejora presupuestaria.
También
se pueden corregir distorsiones de consideración relacionadas con externalidades,
como es el caso del consumo de agua urbana y agrícola. A través del cobro por
el servicio eléctrico se puede iniciar un proceso que elimine gradualmente los
enormes subsidios que se otorgan a las familias de menor consumo al tiempo que
se reducen las tarifas excesivamente elevadas que enfrentan los grandes
consumidores residenciales y las empresas.
Las
distorsiones involucradas en el subsidio al bombeo agrícola por ejemplo ya
inciden en costos y profundidades absurdas de bombeo, contaminación y
agotamiento de mantos acuíferos. Con la corrección propuesta los agricultores
podrán aprovechar las transferencias compensatorias para financiar métodos más
eficientes de aprovechamiento del agua.
Una
investigación profunda reciente mide con detalle la externalidad que se produce
en México como resultado de la extracción de agua por varios agricultores desde
un manto acuífero común (The Tragedy of the Commons). El estudio de marras tomó
en cuenta las características de cada distrito de bombeo. Dicho trabajo mide la
externalidad negativa que produce cada agricultor a través del costo eléctrico
del bombeo y de la profundidad del manto acuífero; es reciente (agosto del 2007)
y se puede actualizar. Fue elaborado hace 6 años para la SHCP patrocinado por
el BID y la OEA. Los autores son Martín Rodríguez Pardina y Juan Antonio
Zapata. Su título es: Reforma a los Precios y Tarifas del Sector Público. El
experto en el tema en comento es el Dr. Zapata[2]
[1] Evgeny
"Eugen" Evgenievich Slutsky (1880–1948) estadístico matemático, economista ucraniano autor de la “Ecuación
de Slutsky” .
[2] Reforma a los precios y tarifas del sector público. Coordinador: Francisco
Gil Díaz. Autores: Martín Rodríguez Pardina y Juan Antonio Zapata. BID y OEA,
agosto del 2007
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